top of page
Foto del escritorMaría Querencias

Evolución del miedo en la infancia

Actualizado: 10 nov

El miedo forma parte de las emociones básicas del ser humano y, a pesar de tratarse de una emoción que puede resultar desagradable (recordemos que no hay emociones positivas o negativas, sino agradables o desagradables), brinda la oportunidad de aprender habilidades de afrontamiento ante situaciones difíciles o estresantes


Los estímulos ante los que suele aparecer esta emoción van variando en función de la etapa evolutiva en la que se encuentre el niño/a, tal y como se explica a continuación:

Edad

Miedos

0-2 años

Estímulos intensos y desconocidos, ruidos fuertes, separación de los padres, heridas, oscuridad, animales y/o personas extrañas.

3-5 años

Se mantienen: ruidos fuertes, separación de los padres, animales y oscuridad.

Aumentan: daño físico y personas disfrazadas.

6-8 años

Disminuye: ruidos fuertes y personas disfrazadas.

Se mantiene: separación, animales, oscuridad y daño físico.

Aumentan: seres imaginarios (brujas, fantasmas, extraterrestres…), tormentas, soledad y colegio (por ausencia de habilidades).

9-12 años

Disminuye: separación, oscuridad, seres imaginarios y soledad.

Se mantiene: animales, daño físico y tormentas.

Aumentan: colegio (exámenes, suspensos), aspecto físico, relaciones sociales y muerte.

13-18 años

Disminuye: tormentas.

Se mantiene: animales y daño físico.

Aumentan: colegio, aspecto físico, relaciones sociales y muerte. 


El punto de inflexión lo marca la ausencia o presencia de razonamiento abstracto: en un primer momento, al no haber razonamiento abstracto, el aprendizaje es puramente perceptivo y sensorial, y el miedo aparece ante la posibilidad de verse herida la integridad física; en cambio, a partir de los 9-12 años, aparece el razonamiento abstracto y el miedo a herir la integridad física pasa a ser un miedo en el ámbito social y relacionado con la muerte.


Los temores infantiles, por tanto, están sujetos a un ciclo evolutivo y desaparecen o se atenúan con el transcurso del tiempo y la etapa vital en cuestión. No obstante, si esta respuesta emocional persiste en el tiempo, es tan intensa que desregula demasiado al niño/a y le dificulta volver a su estado basal, es desproporcionada a la situación que la desencadena, no se puede eliminar racionalmente, no es específica de una edad determinada y/o entorpece el desarrollo de su autonomía, o le bloquea en exceso… entonces podría tratarse de un miedo desadaptativo que está interfiriendo significativamente en la calidad de vida del pequeño/a. En este caso, el miedo perdería su utilidad y se podría convertir en fobia. 


En NGil Logopedia y Psicología abordamos este tipo de dificultades, por lo que, en caso de tener alguna duda o inquietud al respecto, no dudes en ponerte en contacto con nosotros. Trabajamos tanto con el niño/a como con la familia, con el fin de abordar de la mejor manera posible, cualquier desajuste de esta respuesta emocional, el miedo.


28 visualizaciones0 comentarios

Comments


bottom of page