Como padres, en alguna ocasión podemos llegar a preguntarnos si nuestro hijo o hija está teniendo una adquisición y desarrollo del lenguaje normativo o, por el contrario, presenta un retraso o alteración en alguno de los componentes del lenguaje, como en la fonología o en la morfosintaxis.
Con el fin de esclarecer cuál es el desarrollo normativo del habla y el lenguaje, en el siguiente artículo se exponen los hitos del desarrollo del lenguaje que tenemos que tener en cuenta, en función de la edad de nuestro hijo.
De 0 a 5 meses:
Emite ruidos con su garganta.
Crea sonidos relacionados con el placer y el dolor (risas, llantos o quejas).
Aparecen los gorjeos y gritos.
Hace pequeños ruidos cuando se le habla.
Presenta sensibilidad ante el ruido.
Se calma al oír la voz de sus padres.
Manifiesta atención visual ante el lenguaje que se le dirige, por ejemplo, mirando fijamente al interlocutor.
De 6 a 12 meses:
Comprende la palabra “no”.
Conoce y responde a su nombre.
Se divierte con los juguetes que emiten sonidos y disfruta con las canciones.
Emite balbuceos.
Aparecen las protoconversaciones:
Protoimperativas: el niño quiere algo y se dirige con gestos o con la mirada hacia su objetivo.
Protodeclarativas: el niño transmite sentimientos.
Surgen sonidos vocálicos y consonánticos (“mamama”, “papapa”, “bababa”).
Intenta comunicarse con gestos.
Llora al separarse de sus padres.
Trata de repetir algunos sonidos.
De 12 a 18 meses:
Pronuncia las primeras palabras, con significado (“mamá”, “papá” o “agua”). ▪
Responde a preguntas sencillas mediante lenguaje no verbal (¿Dónde está?, ante objetos o imágenes).
Presenta más capacidad comprensiva que expresiva.
La pronunciación de sus primeras palabras puede ser poco clara con omisión de algunos fonemas ("aba" - agua, "cheche" - leche o "tete" - chupete).
Utiliza una o dos palabras para indicar una persona o un objeto.
Su vocabulario será de 4 a 6 palabras.
Intenta imitar palabras sencillas.
De 18 meses a 24 meses:
Pronuncia sin errores todas las vocales y los fonemas más sencillos.
Comienza a usar otros sonidos del habla, aumentando su almacén fonético.
Distingue el femenino y el masculino.
Utiliza la tercera persona para referirse a sí mismo.
Es capaz de pedir los alimentos por su nombre.
Emite onomatopeyas (animales, transportes, etc.).
Al final de la etapa el vocabulario será de unas 50 palabras, aunque puede cometer errores en la producción de los fonemas que las componen.
De 2 a 3 años:
Aparece el lenguaje telegráfico (coche mío o más leche).
Puede agrupar objetos por familias o categorías semánticas
Conoce conceptos como “dentro de”, “grande”, “guapa”, etc.
Sabe pronombres como “yo”, “tu” y “ella”.
Aparece el juego simbólico.
Hace inflexiones en su voz para hacer preguntas, es decir, modifica la prosodia de su discurso en función del mensaje.
Aparece el ¿por qué? Y ¿para qué?.
Comienza a usar el plural.
Se produce la explosión del lenguaje. El vocabulario se amplía de 250 a 900 palabras.
Es capaz de emitir enunciados de 3 o 4 palabras.
Su habla se vuelve más precisa gracias a la adquisición de más fonemas.
De 3 a 4 años:
Mantiene la interacción con otras personas mediante el lenguaje oral.
Usa los sonidos del habla correctamente.
Es capaz de describir objetos comunes.
Expresa ideas y sentimientos.
Usa verbos en gerundio.
Repite enunciados largos, de más de 5 elementos.
Domina la gramática.
Es muy importante tener en cuenta que, no todos los niños desarrollan las habilidades del habla y el lenguaje de la misma manera, sin embargo, todos los niños siguen estas etapas para dominar las habilidades del lenguaje.
En NGil Logopedia y Psicología asesoramos a las familias en materia de prevención para solventar a tiempo cualquier irregularidad en la adquisición y el desarrollo del lenguaje de los más pequeños. No dudes en ponerte en contacto con nosotros si tienes alguna duda o inquietud al respecto.
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