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Mi hijo ronca mientras duerme

  • Foto del escritor: Natalia Rodríguez Gil
    Natalia Rodríguez Gil
  • 27 dic 2022
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 10 nov 2024

Antes de comenzar a explicar algunas de las causas que generan el ronquido infantil, es sumamente importante que sepamos que nunca es normal que un niño ronque. Si existe ronquido es porque hay una obstrucción de las vías aéreas, impidiendo un sueño reparador, por lo tanto afecta la calidad de vida de la persona que lo padece.

¿Por qué ronca nuestro hijo?


El ronquido es el sonido que emitimos cuando el aire pasa a través de una zona estrecha de la vía área superior. Aunque es relativamente frecuente no debemos considerarlo como normal. La mayoría de las veces los ronquidos son ocasionales y asociados a cuadros catarrales. En estos casos no implicarán ningún riesgo, ya que si una vez que desaparezcan los mocos el niño deja de roncar, no tenemos que preocuparnos.


Las causas más frecuentes de ronquidos son:

  • Infecciones respiratorias

  • Rinitis alérgicas

  • Reflujo gastroesofágico

  • Fumadores pasivos

  • Niños con las adenoides (“vegetaciones”) o las amígdalas más grandes de lo habitual (Hipertrofia adenoidea o hipertrofia amigdalar)


¿Qué consecuencias puede traer que mi hijo ronque de forma habitual?

Cuando tenemos a un niño que ronca hay que descartar que no haga apneas (pausas respiratorias durante el sueño) a lo que llamamos Síndrome de Apnea Hipopnea del Sueño (SAHS). Debido a las pausas en su respiración tendrán múltiples despertares, el niño no tendrá un sueño reparador. Esto es mucho más importante de lo que pensamos, puesto que podemos observar que estos niños se dormirán durante el día, llegando incluso a ser diagnosticados erróneamente de un Déficit de Atención o de problemas de aprendizaje. Algunos, paradójicamente lo que presentan es un estado de actividad y excitabilidad permanente. ¿Sabíais que hasta en un 23% de casos de niños diagnosticados de TDAH (Trastorno por déficit de atención e hiperactividad) roncan?


Ahora bien, hablemos de las amígdalas y adenoides...

Debido a un aumento del tamaño de las amígdalas o de las adenoides (vegetaciones) podemos tener a un niño que ronca y que además en el colegio no va bien. La profesora nos dice que “no para quieto”, que molesta, que interrumpe y que no es capaz de concentrarse.


Los niños hasta los 5 años tienen unas amígdalas y adenoides bastante grandes, es la primera barrera defensiva con la que se encuentran los gérmenes cuando entran en nuestro organismo; por lo que cumplen su función. A partir de esa edad, van disminuyendo de tamaño, los niños no enferman tanto y las amígdalas se reducen a la mitad. Si cumple los 4 o 5 años y sigue roncando, o incluso ronca más, tiene una voz nasal, mal aliento y respira con la boca abierta… ¡ojo! Debemos llevar a nuestro hijo al pediatra para una valoración más exhaustiva de sus amígdalas y adenoides y de su calidad de sueño.


NGil Logopedia y Psicología en Tres Cantos


 
 
 

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